Y si en tu gracia toda disonancia
Se convierte poco a poco en dulce armonía;
Si el sol poniente te llama,
Cuando se lleva el día al oscuro Desconocido,
Y venerando la Belleza
Derrama sus últimos rayos;
Si la estrella de la tarde bajo la cúpula del Infinito,
Muestra cómo arde la lámpara de la Paz;
Si la noche abre su puerta de Silencio,
Y lleva suavemente al peregrino a la orilla
Donde todas las voces se funden poco a poco en el inmenso océano;
Si has aspirado el perfume de la quinta esencia,
Que flota en el lago de la Mente,
Como una ofrenda última,como un postrer saludo...
Entonces termina el día, y cesa de trabajar.
De igual forma, a la orilla del mar,
Como el asceta que sumido en la meditación.
Y mira hacia el Este...
Sus horas de vigilia transcurren en su insomne éxtasis,
en esa luz primera de la mañana.
Así beberé con mis ojos
La primera sonrisa
Que aparece en tus labios entreabiertos
Como el brotar de una flor...
Ese es mi mayor deseo y anhelo.
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